Todavía se pueden obtener en su país nativo de Asia Oriental, pero también se pueden obtener en los miembros del Reino Unido.
Fueron traídos desde Chia el siglo XX por los Madari, pero algunos de ellos escaparon y crearon su propia colonia salvaje, y así fue como se cultivó su población en Gran Bretaña y en otros lugares del mundo.
Como puede ver en las fotos, son multicolores. Con un pico rojo, una media luna blanca sobre sus ojos, cara naranja y ‘bigotes’.
el pecho es de color púrpura con los lados de color bronce. la parte superior de la espalda es azul con dos “velas” naranjas justo debajo que sobresalen, como la vela de un barco.
Solo el macho de la especie es este υпiqυe coloriпg. la hembra es de un color gris mucho más oscuro con una raya blanca en los ojos y el pecho con manchas blancas.
el pato mandarín es, de hecho, un ave asombrosamente hermosa, ampliamente considerada como una de las aves más hermosas del mundo. Es una especie de pato que es originaria del este de Asia, incluidos China, Japón y Corea. el pato mandarín macho es especialmente llamativo, con un plumaje colorido e intrincado que incluye una cresta verde metálico, un pecho morado y una franja distintiva blanca y naranja que corre por los lados de su cuerpo.
la hembra del pato mandarín es menos colorida que el macho, pero aún tiene una apariencia llamativa, con un plumaje moteado de marrón y gris que proporciona un excelente camuflaje en su entorno natural.
Una de las cosas más interesantes del pato mandarín es su comportamiento de cortejo. Durante la temporada de reproducción, los machos realizarán exhibiciones elaboradas para atraer a las hembras, que incluyen acicalarse, batir las alas e incluso sacudir la cabeza vigorosamente. Una vez que una hembra ha elegido pareja, la pareja se unirá y permanecerá junta durante la temporada de reproducción.
Los patos mandarines también son conocidos por sus vocalizaciones únicas, que incluyen una variedad de silbidos, gruñidos y otras llamadas.
Desafortunadamente, a pesar de su belleza y significado cultural en el este de Asia, los patos mandarines están amenazados por la pérdida de hábitat y otras actividades humanas. Se están realizando esfuerzos de conservación para proteger las poblaciones restantes de esta especie icónica y garantizar su supervivencia para las generaciones venideras.